El calor afecta a la estructura natural del cabello dañando su cutícula que en lugar de verse brillante, se ve apagada.
- La solución: Los tratamientos ricos con extractos de aceite previenen el daño y hacen que las cutículas dañadas sean más suaves. Repartir unas gotitas de aceite capilar en las puntas, dejará tu cabello más flexible y brillante.
El encrespamiento es uno de las características más preocupantes del cabello en invierno. Es causado por el aire caliente de los espacios interiores y el contacto de las fibras capilares con otras fibras como las de los tejidos de los sombreros, las diademas o la ropa. El contacto de estas fibras con el pelo produce la electricidad estática, lo que hace que se nos pongan los pelos de punta.
- La solución: Hay productos capilares que ayudan a prevenir la electricidad estática como las mascarillas sin aclarado, los aceites capilares o los geles fijadores.
La falta de humedad también resulta en un cabello seco. El cuero cabelludo produce menos sebo, lo que puede provocar la aparición de caspa. Un cuero cabelludo que pica puede ser muy irritante.
- La solución: Cuida la hidratación de tu cabello utilizando mascarillas y en el caso de ser necesario utiliza un champú anti-caspa.
En invierno, algunas personas no pueden salir a la calle sin sus gorros con los que mantienen las orejas calientes aunque el peinado termina por deshacerse. Los sombreros tienden a chafar el pelo sobre el cuero cabelludo.
- La solución: Utiliza un spray de volumen antes de secarte el pelo mientras inclinas tu cabeza hacia delante. Lleva el spray contigo para ir refrescando tu peinado cada vez que te quites el gorro.